Hoy. 24 noviembre 2011. 14:22h. Suena mi teléfono. A penas tengo palabras para describir lo que he sentido tras escucharte. Y tan solo necesito una: DECEPCIÓN. Pero no voy a rasgarme las vestiduras por ello: no es la primera vez que lo haces. Decepcionarme, claro. Llamarme sí es la primera.
Hace once meses escribía aquí (http://ashmadrid.blogspot.com/2011/01/gracias-por-el-camino-que-comienza-tras.html) mis sentimientos a sabiendas de que son ocultos a tus ojos. Hoy puedo decir sin ruborizarme que te admiraba. Admiraba todo de ti. Y hoy también puedo decir que es imposible que vuelvas a decepcionarme. Crees que puedes manejarme y te equivocas. Ni soy rubia, ni tengo veinte años. Soy castaña y tengo más del doble. Hace tiempo alguien me dijo que "envejecer es perder la capacidad de indignarse". Y tu pregunta de hoy me quita dos décadas.
Gracias. Gracias, porque cada vez que me haces ésto me enseñas a caminar descalza por el pedernal. Gracias porque a veces creo vislumbrar tu alma. Tenue, pasajera y confusa ensoñación cual si de un espejismo se tratase. Eso eres tu, concepto o imagen sin verdadera realidad, una ilusión óptica. Ojalá no te hubiera conocido nunca. No ha merecido la pena.
Hace tiempo, un “amigo” tuyo me dijo que "envejecer es perder la capacidad de indignarse". Y tu llamada de hoy me quita dos décadas. Pero no te equivoques: ni soy rubia, ni tengo veinte años. Soy castaña y tengo más del doble. ¡Estoy deseando verte mañana para decírtelo a la cara!. No prepares el talonario: ni yo tengo precio, ni tú eres Robert Redford.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=RdWfI_u3aIw&feature=related
http://youtu.be/RdWfI_u3aIw